Hampi

Empiezo la mañana enjabonada y con el agua hirviendo. El fontanero del hotel puso en algunas habitaciones el agua caliente en los dos conductos y en otras, el agua fría. A mí, me tocó el tendido de sol. Así que después de enjabonarme, me tuve que vestir porque me arriesgaba a quemarme seriamente. Las primeras risas porque empezamos todos a gritas y proferir maldiciones….Ya en el desayuno, el desafío vino en forma de monos y ganas de desayunar con nosotros. Y nosotros y los del hotel erre que erre que no.

Abandonamos el hotel con ganas pero entre carcajadas. Antes de salir hablé con Amin. Ya le expliqué que no me podía quedar en Mumbai…Se quedó bastante ploff…y yo de nuevo con él. Cuanto me jode no poder quedarme.

Llegamos a la antigua ciudad de Hampi, del siglo XV. Una maravilla, es una pena que la hubiesen destruido los musulmanes. Entre las ruinas, todavía grandes charcos de agua, testimonio de las inundaciones que han asolado hace un par de semanas la zona. Es patrimonio de la UNESCO.



Hacía un calor de rayos. Pasamos casi todo el día intentando cubrir decentemente los 26 kilómetros. Cuando estaban por empezar una clase de yoga entre las piedras, aprovechando las última luz del día. Hubiese molado un montón..jooo. de nuevo al autobús. Empiezo a estar harta de tanto autobús y tan poco tiempo para ver las cosas o simplemente tener un rato para gandulear.


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Llego al hotel y lo primero veo que se le ha concedido el nobel de la paz a Obama….Estoy alucinando en colores. A pesar de sufrir de obamamanía me parece un despropósito. Acabo de subirme a la habitación, es la una y media y acabamos de cenar a toda leche. Se nos ha alargado de nuevo el camino y el conductor se perdió, total ocho horas para 250 km….Mañana más…Nos quedan 170 km para llegar a Goa donde volvemos a los fabulosos hoteles Taj y creo que tendremos unas horas libres. Serán las únicas. Esto ya se acaba…No me esperaba tan pronto…