martedì 6 ottobre 2009

Orange County

¡He llegado al paraíso! Estamos rodeados de cafetales. Kilómetros y kilómetros de cafetales. Exuberantes y tupidos. Nos alojamos en el lugar más impresionante de mi vida. De nuevo en bungalows, pero cada uno tiene su salón, jacuzzi y piscina exterior. La bañera estaba llena de flores del lugar y bueno, preciosísimo todo. Lo mejor, ¡el lugar, y como no el café! Los techos de las casa son de paja y parece que te va a salir de un momento a otro Víctor Valdés. Si me dicen que estoy en India no me lo creo. Si no fuera por los saris….¡claro! Esta tarde visitamos un poco el cafetal. Ganesh, el guía, era excepcional. Es también biólogo y estuvo toda la tarde imitando a los pájaros que oíamos…Bueno, ni que decir que nos tronchábamos. Después apareció un amigo suyo y fue ya la bomba. Los que se quedaron en su bungalow, disfrutando de los placeres terrenales, aduciendo que tenían que “trabajar”, se perdieron una buena tarde. Estoy en mi enorme habitación después de haber pasado por el jacuzzi y nadar un poco en la piscina. Dentro de nada me tengo que ir que nos van a ofrecer un espectáculo de la zona, supongo que será un baile. Genial, genial, genial…. Ya he vuelto. Es la una de la mañana. Hemos cenado en plan safari total, en una especie de tienda entre los cafetales y sin ver un carajo. Era tan suave la luz de las velas que no veíamos ni la carta. Tampoco lo que comíamos. Después ha habido club social en mi habitación, que por primera vez, comparto conmigo misma y ya. Grabamos varios videos al “Dúo Biólogo”, a ver si los puedo colgar y bueno, la sesión de cine fue de partirse.
Algunos de los que vienen trabajan para revistas de viajes. Uf, terminan un viaje de estos y se van al próximo. ¿Donde habrá que apuntarse? Estoy más verde de envidia que un pimiento de Padrón. Bueno, mañana como siempre despertador al alba y a salir pitando. No he deshecho la maleta ni un día…¿para qué? A ver si encuentro Internet por el camino y cuelgo algo….

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